Este es el concepto vital de la moderna actitud empresarial, nuestros actos deben proceder de la convicción férrea de nuestros más profundos intereses y posiciones en la vida. De la misma forma que definimos el equipo de fútbol al que pertenecemos o la religión que profesamos o el partido político en el que militamos, debemos construir un propio escenario de nuestra responsabilidad social.
Cuantos de nosotros asistimos a misa los Domingo, rezamos por las noches y en las mañanas, pero jamás acometemos actos en procura de ayudar al prójimo, de servir como elemento de caridad, de ser sujeto de pródigos designios para otros, siendo fuente de abundancia para prodigar bienestar en otros seres humanos. Ese momento y esa abundancia es ahora.
No permitas que las utilidades o la supuesta rentabilidad del periodo desvirtúen la importancia del impacto que tu generosidad genera en tu entorno, no te prives de dar que es el único camino al ÉXITO.
